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Oporto, conocida como la Ciudad Invicta, es una ciudad con siglos de historia que ha dado nombre tanto a Portugal como al famoso vino de Oporto. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996, y las bodegas de vino de Oporto en Vila Nova de Gaia (al otro lado del río) son reconocidas mundialmente. De hecho, la ciudad es célebre por sus vinos, su rica gastronomía y su belleza patrimonial.
Sin embargo, más allá del turismo enológico, Oporto ofrece un estilo de vida local muy auténtico. Si te planteas pasar una temporada en Oporto por trabajo o por estudios, ¡toma nota para saborear la esencia portuense más allá del vino!
Cafés, librerías y espacios culturales
Oporto tiene una profunda tradición de cafés históricos y librerías donde se ha fraguado la vida intelectual de la ciudad. Uno de los más emblemáticos es el Café Majestic, inaugurado en 1921 en la Rua de Santa Catarina. Este café de estilo art nouveau fue lugar de tertulias políticas, artísticas y literarias en los años 20. Un consejo: ve en las horas menos concurridas (mañana temprano o media tarde entre semana) para disfrutarlo con más tranquilidad.
Pero la escena de cafés locales va más allá del Majestic. Por ejemplo, el Café Progresso (abierto desde 1899) es considerado el café más antiguo de la ciudad, recientemente renovado pero aún con excelente carta de cafés y tostadas. Pero si buscas un ambiente estudiantil auténtico, asómate al Café Piolho (oficialmente llamado Âncora d’Ouro): por más de 100 años ha sido punto de encuentro de generaciones de universitarios. Pide una cerveja o un café y observa las paredes llenas de recuerdos y mensajes de estudiantes.
En cuanto a librerías, la más famosa es sin duda Livraria Lello e Irmão, que fascina con su escalera de ensueño y estantes de madera tallada. Se dice que inspiró a J.K. Rowling durante su estancia en Oporto (la autora vivió aquí unos años); por eso verás a muchos fans de Harry Potter haciendo cola. Si te animas a visitarla, ve con tiempo y sabiendo que hay que pagar entrada (descontable luego en la compra de un libro). Ahora bien, para comprar libros con calma y descubrir joyas locales, puedes visitar otras librerías menos concurridas: Livraria Poetria, especializada en teatro y poesía, es un pequeño tesoro escondido; o la Livraria Flâneur, con una cuidada selección de literatura alternativa e independiente (muchas actividades culturales se organizan allí).
Mercados y gastronomía tradicional más allá del vino
Oporto ofrece una experiencia gastronómica muy auténtica más allá de su famoso vino. El Mercado do Bolhão, que ha sido renovado recientemente, es considerado el corazón culinario de la ciudad, lleno de productos frescos, bacalao, flores, y pequeñas tascas donde se vive de primera mano la tradición local. Otros mercados importantes son el Mercado de Bom Sucesso, de estilo más gourmet y moderno, y la Feira da Vandoma, un mercadillo al aire libre ideal para encontrar gangas.
En cuanto a la gastronomía, destacan platos emblemáticos como la francesinha, un contundente sándwich con carnes y su salsa secreta; las Tripas à moda do Porto, un guiso tradicional que dio a los portuenses su apodo de tripeiros; las sardinas asadas servidas sobre pan y, como no, el bacalao en sus muchas versiones.
Para el postre, los pastéis de nata son obligatorios, y también destacan la torta de São Bento y el pão de ló de Ovar, siempre mejor disfrutados en tascas familiares frecuentadas por locales.
Espacios y actividades al aire libre en Oporto
Oporto no solo destaca en lo urbano; es una ciudad que también invita a salir al aire libre y disfrutar de su clima y su cercanía al mar. El Parque da Cidade, pulmón verde de la ciudad y único en Europa con frente marítimo, cuenta con grandes senderos, lagos y acceso directo a la costa.
El paseo marítimo que va desde el Castelo do Queijo hasta Matosinhos es perfecto para caminar, patinar o montar en bici con el Atlántico de fondo. La Playa de Matosinhos, favorita de surfistas y bañistas, está muy bien conectada por carril bici desde el centro. Más al sur, las playas de Gaia (como Miramar o Aguda) invitan a paseos tranquilos entre dunas y cafés junto al mar.
Dentro de la ciudad, los Jardines del Palacio de Cristal ofrecen vistas de postal sobre el Duero y Gaia, entre fuentes y rosaledas frecuentadas por pavos reales. Allí se celebra también la Feria del Libro, con puestos entre árboles, música y comida callejera.
Eventos y festivales menos conocidas
Para conocer al 100% la cultura local de Oporto, no nada como participar en sus fiestas tradicionales, donde la ciudad se transforma y los visitantes son siempre bienvenidos. La más emblemática es la Fiesta de São João, celebrada cada 23 de junio con sardinas a la parrilla, farolillos de papel iluminando el cielo y una divertida costumbre de “martillazos” amistosos con juguetes. La noche culmina con un espectáculo de fuegos artificiales sobre el Duero y continúa con música, bailes callejeros y calor humano hasta el amanecer. También destaca la Queima das Fitas, gran fiesta universitaria en mayo, que reúne a miles de estudiantes en una semana de conciertos, serenatas y noches interminables en el gigantesco “Queimódromo”, combinando tradición académica con desenfreno festivo.
Además, el calendario cultural incluye propuestas únicas como Serralves em Festa, un festival gratuito de 50 horas ininterrumpidas de arte contemporáneo, y eventos de barrio como las Festas dos Santos Populares, con bailes, sardinas y música popular en junio; Fantasporto, festival de cine fantástico en febrero; o la Festa do Outono y São Martinho, donde el olor a castañas asadas marca la llegada del frío. Estas celebraciones, grandes y pequeñas, permiten al visitante integrarse, entender las costumbres locales y disfrutar Oporto como lo hacen los propios portuenses: entre música, comida y comunidad.
Vivir en Oporto es mucho más que probar vino: es integrarse en su vida cotidiana, conectar con su gente y dejarse sorprender por su autenticidad. Desde desayunar en tu café de confianza hasta celebrar la noche de San Juan entre farolillos y martillos de plástico, cada momento se convierte en una experiencia única que te acerca al alma trabajadora y acogedora de la ciudad. Al marcharte, no solo te llevarás postales y sabores, sino recuerdos reales de una ciudad vivida a fondo, con la promesa implícita de que, como dice el dicho, quien pasa por Oporto… siempre acaba volviendo.